Cuando vives como si el mundo no tuviera fin, como si nunca fueses a morir, pasándote todo por la guata y disfrutando cada momento, cada segundo.
Cuando estás feliz porque tienes un motivo para estarlo, cuando estás feliz sin la necesidad de un motivo.
Cuando todo parece perfecto y aprovechas ese momento que luego guardas para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario