martes, 13 de noviembre de 2012

#Santiago después de la lluvia

*Cuando aun no tenía ni idea, menos la ocurrencia, de hacer este blog, tenía uno sobre la ciudad de Santiago de Chile. La idea nunca funcionó, o no le puse tanto empeño como a éste. Si hay algo que me gusta mucho es salir a pasear y más todavía al centro de mi ciudad, dónde siempre se descubre algo nuevo o se recuerdan lugares por los que hace tiempo no caminaba. Hay cosas que permancen siempre igual aunque pasen muchos años y eso resulta bonito.
No tenía idea de como empezar a meter la ciudad o más cultura en este blog. Partí pensando en poner obras de teatro, me fascinan, pero no voy tanto a éste. Finalmente me lancé sin pensarlo tanto...

ARCHIVO 17 de julio 2011

Santiago después de un día de lluvia, puede convertirse en un espectáculo. La ciudad está más tranquila, corre un viento helado y hace mucho frío. Se respira aire limpio. Las nubes, algo anaranjadas por la puesta de sol, comienzan a despedirse y dejan al descubierto un cielo más celeste de lo habitual. Es increíble.
Siempre nos olvidamos que cuando vemos un día nublado, feo, oscuro; arriba de todas esas nubes hay un sol espectacular y un cielo muy celeste.

Ayer salí a pasear aprovechando que ya no llovía y porque el cielo se estaba precioso. Se podía ver con claridad la torre Telefónica, también la torre Entel y como no el Costanera Center en plena construcción y el edificioTitanium.
Tomé algunas fotos desde San Carlos de Apoquindo, en la comuna de Las Condes. Conviene hacer click sobre las fotos para que puedan apreciarse mejor y más grandes.


No quise dejar atrás la Cordillera de los Andes, que es la que siempre trae el espectáculo en el invierno. A veces se me olvida que no solamente es chilena y que cruza practicamente un continente entero. Que suerte tenerla en una franja tan larga como lo es es nuestro país.
Verla nevada es lo más lindo que podemos tener. Más aún cuando está iluminada por el sol.
La foto la tomé en la calle Quebrada Honda, en Las Condes.


Hubiese querido que la cámara captara más detalles, pero fue difícil, había poca luminosidad y la hora ya no era la más adecuada. Eran entre las 17:00 y 18:00 horas. Casi oscureciendo.

Es exquisito y muy recomendable salir a pasear después de que haya llovido. No hay casi nadie en las calles, hay mucha calma, se siente de inmediato que se está respirando un aire diferente, mucho más limpio que el que suele haber en Santiago. Se escuchan con más nitidez ruidos de la ciudad. El paisaje se vuelve diferente. Los olores son más potentes, como por ejemplo el de pasto mojado. Caen algunas gotas de agua desde los árboles, las hojas secas no suenan tanto pero el suelo se ve lindo cuando está todo amarillo...

Eso es lo rico del invierno.



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